Hace unos días a muchas personas les tomó por sorpresa el hecho de que la empresa Apple a través de sus condiciones de uso y políticas de privacidad, utiliza los datos personales de los usuarios de los productos sus productos, tratándose específicamente de la ubicación geográfica de la persona, voz, palabras, velocidad en desplazamiento, ubicación del dispositivo, etc. Incluso estas políticas se han dado a la tarea de determinar que es dato personal y cual no es personal, violentando la Ley, por lo menos en México.
El hecho es que la misma empresa puede hacer un uso indiscriminado incluso de los mensajes que se transmiten por su mensajero llamado iMessages, almacenándolos e incluso pudiendo ver las conversaciones que tenemos a través de esta herramienta.
Este no es el primero, ni el único y mucho menos el último de los casos que se darán a través del tiempo, tratándose de violaciones a nuestros datos personales, y lo peor de todo es que lo permitimos desde el momento mismo en que aceptamos las políticas de privacidad y las condiciones de uso, claro esta que el no hacerlo, constituye una determinación en nuestra contra, dado que no usaríamos el aparato que decidimos comprar con esfuerzo y que es la razón de nuestra comunicación en cualquier proveedor.
También debemos aceptar que esto no se reduce solamente a Apple, también Facebook, Google y demás empresas, están involucradas en este tipo de prácticas que limitan nuestra voluntad a cambio de utilizar sus productos, que la realidad constituyen hoy en día un activo en nuestra vida privada, profesional, académica y laboral.
El legislador debe comenzar a pensar este tipo de cuestiones para crear candados y tratar de hacerle sabe a las transnacionales que deben de someterse a la soberanía de nuestras leyes, esto aún queda muy lejano, pero en vez de pensar en como cerrarnos el acceso libre al Internet y violar la neutralidad de la red en México, deben de pensar en como ayudar a la población tecnológica y defender sus derechos por medio de propuestas que limiten la violación de nuestros derechos por medio de contratos obscuros y tendenciosos que ayudan a poner nuestros datos personas en riesgo y a perderlos, por «hacerlos públicos» de manera engañosa.
Aun estamos a tiempo, hay soluciones posibles para contratos de este tipo, la siguiente semana hablaré de ello.